Después de un rato, Agustina
seguía sin lograr dormirse. Se levantó de su cama y se dirigió hacia la cocina
para tomar un vaso de agua. Abrió la alacena y cuando quiso sacar el vaso, otro
cayó al piso por accidente destrozándose en mil pedazos. Manuel seguía despierto,
y al escuchar el golpe fue hacia la cocina para ver qué pasaba y al ver que era
Agustina, se acercó a ella.
Manu: Mamá! Se metió otro
pejelagarto!
Agus: Otro pejelagarto? Dame la
pala!
Ambos comenzaron a reír de
inmediato y sin poder parar. Cuando al fin lograron calmarse observaron el piso
de la cocina, había vidrios por todos lados
Manu: que pasó?
Agus: se me cayó el vaso
Manu: querés que te ayude?
Agus: dale, yo voy a buscar la
escoba
Manuel se puso a juntar los
trozos de vidrio más grandes
Manu: Ah! La concha de la lora! –
exclamó al cortarse la mano con un pedazo de vidrio
Al escuchar su grito, Agustina
volvió a la cocina
Agus: que te pasó!?
Manu: me corté
Agus: esperame acá que voy a
buscar el botiquín
Manuel se sentó en una de las
sillas de la cocina apretándose la herida con fuerza para intentar que deje de
sangrar. Agustina volvió enseguida y puso el botiquín en la mesa. Mojó un trozo
de algodón en alcohol y le limpió el corte. No era grande, pero parecía bastante
profundo. Por suerte luego de lo de Thiago habían sobrado vendas. Asique tomó
una y le vendó la mano con cuidado para no lastimarlo
Manu: me parece que vos de acá te
vas a ir con el título de medicina
Agus: me parece que sí. Voy a
buscar el basurero y la escoba así termino de limpiar esto
Manu: bueno, pero tené cuidado. Queres
que te ayude?
Agus: no, otra vez no. No te
preocupes, total los junto con la escoba
Cuando Agustina terminó de
limpiar los vidrios, ambos salieron afuera y se acostaron en la hamaca
paraguaya
me reí con lo del peje lagarto sube mass hoy puedes please
ResponderEliminar