Capítulo 14

El día del viaje por fin había llegado. Eran las 4 am y estaban esperando el colectivo, listos para partir. Sus padres los habían acompañado para despedirlos, puesto a que volverían cuando se les terminara el dinero, pero no sabían cuándo.
Agus, vení – Oriana la aparto del resto – ¿Te puedo preguntar algo?
Agus: Si, Ori, anda a sentarte con Thiago, no me molesta.
Ori: ¿Enserio? ¿Como sabias que te iba a preguntar eso?
Agus: Me lo imaginé.
Ori: Ay gracias!! -  dijo abrazandola
Agus: Bueno, de nada. Ya me podes soltar igual
Cuando todas las valijas estuvieron acomodadas y ya todos los pasajeros arriba del colectivo listos para partir, este se puso marcha y se alejó de la ciudad.
Manuel y Bruno se sentaron juntos, en la otra fila tres asientos más adelante se sentaron Agustina y Francesca, y dos más atrás de ellas Thiago y Oriana, por supuesto.
Oriana había apoyado su cabeza en el hombro de Thiago, y se quedó dormida. Thiago la miró con dulzura y sonrió al verla como lo hacía cada vez que la miraba, no podía evitarlo. Pasó su brazo con cuidado y rodeó a Oriana con ternura, como protegiéndola. Al rato, Thiago también cayó dormido y su cabeza quedó sobre la de Oriana. No hizo falta mucho tiempo para que los demás se durmieran.
Agustina se despertó y comenzó a mirar el amanecer por la ventana. Después de media hora Francesca también despertó. Al verla, Manuel se dirigió hacia sus asientos
Manu: Colo, Bruno te llama
Colo: ¿A mí?
Manu: Si dale, anda a ver que quiere
Cuando Francesca se levantó, Manuel tomo su lugar.
Agus: ¿Bruno la llamaba? – preguntó extrañada
Manu: No, pero hace tres horas que ronca, no lo aguantaba más.
Agustina rió y volvió su vista  a la ventana. Tenía sueño, pero no podía dormirse. Luego de un rato sintió algo caer sobre su hombro. Manuel se había dormido sobre ella. Lo miró esbozando una sonrisa y volvió a contemplar el paisaje.
Francesca entendió de inmediato las intenciones de Manuel, así que se quedó junto a Bruno. De todas maneras, luego de un rato, volvió a dormirse.
Eran casi las diez de la mañana cuando Thiago despertó. Se acomodó con cuidado para no despertar a Oriana, pero enseguida ella abrió lentamente sus ojos.
Thiago: ¿Te desperté yo? Perdoname
Ori: No, enserio. ¿Hace mucho que te despertaste?
Thiago: No, hace un ratito nada más. Buenos días, princesa.
Ori: Buenos días – dijo sonriendo mientras lo miraba.
Thiago le dio un beso en la cabeza, que seguía apoyada a su hombro.

Todavía faltaban 24 hs para llegar a destino.