Resistencia

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viernes, 30 de enero de 2015

Capítulo 30

Después de comer Oriana estaba leyendo en la hamaca paraguaya
Thiago: que lees?
Ori: “Hush Hush”, es la historia de un ángel caído que se enamora de una humana. Es re tierna
Thiago: no más que yo
Ori: obvio, nada es más tierno que vos – dijo y le dió un beso en la mejilla
Thiago sonrió y se subió a la hamaca con Oriana
Ori: pará, quédate quieto que tengo miedo de que se corte
Thiago: no se va a cortar mi vida, te molesto?
Ori: no, nunca molestas. Quédate si queres
Thiago: obvio que quiero – dijo sonriendo y besó a Oriana
Y así se quedaron, acostados los dos en la hamaca. Mientras Oriana leía, Thiago se quedó a su lado en absoluto silencio
Un par de días después Manuel y Agustina estaban más cerca que nunca, obviamente nadie más lo sabía. Aunque algo sospechaban, nadie decía nada.
Esa noche, Agustina no podía dormir y después de intentarlo por una hora decidió salir a la playa. Se paró de frente al océano mirando hacia la nada. Manuel se acercó a ella, la abrazó desde atrás y le dió un beso en la mejilla.
Agus: vos tampoco podes dormir?
Manu: estuve a punto, pero te vi salir y quise venir con vos.
Agustina sonrió. Era un lado de Manuel que nunca había visto, pero sin embargo había soñado tantas veces con estar así con él. A él le pasaba lo mismo, no se arrepentía de haber juntado el valor para decirle lo que sentía por ella. Y no habría podido salir mejor para ninguno de los dos.
Manuel se sentó en la arena y se apoyó en un tronco. Agustina se sentó a su lado y se apoyó en el mientras Manuel la abrazaba. Se quedaron así por mucho tiempo, se transmitían tanta paz. No se percataron del tiempo que había pasado tras charlas y ese hermoso paisaje, y cuando se dieron cuenta ya estaba amaneciendo pero no les importó mucho, no todos tenían la oportunidad de ver  el sol asomándose tras el océano
Manu: Agus, tendríamos que ir yendo no? No nos vamos a levantar más mañana

Pero agustina no contestó, se había dormido. A Manuel le dió lastima despertarla así que con mucho cuidado se puso de pie y la levantó con sutileza para llevarla hasta su cama. La dejo con cuidado, la tapó y le dió un beso. Vio que Oriana otra vez no estaba en su cuarto, pero esta vez ya se imaginaba donde estaba. En silencio se fue a su habitación y enseguida se quedo dormido

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